Artículos de la Salud
Cómo hablar con los chicos sobre temas difíciles
Posted on Mayo 2, 2016 by Bianca De León
Recientemente contesté la llamada telefónica de una amiga muy alarmada. Digamos que mi amiga se llama Sara. Resulta que encontró a su hijo de 13 años de edad viendo pornografía en su iPad. Sara me llamó porque me ha oído hablar de mi trabajo y de la importancia de hablar con los hijos. En lugar de ignorar la situación o enojarse, quería un poco de orientación y asesoría sobre cómo hacer frente a esta situación incómoda.
Desde 2007, Paso del Norte Health Foundation ha tenido una campaña en los medios de comunicación con un mensaje sencillo: Hable con sus hijos. No le hable a sus hijos, ni hable para sus hijos, sino con sus hijos. Es parte de la iniciativa Dos Deben Saber/Two Should Know, que se centra en promover relaciones saludables y una sexualidad sana. Los estudios demuestran que los jóvenes que indican que sienten falta de amor o cuidado de sus padres son más propensos a reportar una baja autoestima, problemas escolares, consumo de drogas y conductas sexuales de riesgo. Asimismo, las investigaciones indican que los adolescentes que dicen sentirse vinculados a sus padres y familiares son más propensos a retrasar el inicio de las relaciones sexuales, reportan menos consumo de marihuana y menos angustia emocional que sus compañeros.
La mayoría de los padres de familia quieren hablar con sus hijos sobre temas difíciles como el noviazgo o el sexo, pero tal vez sienten vergüenza, miedo, o inseguridad con respecto a estas conversaciones. Si usted se encuentra en una situación similar a la de Sara, he aquí algunos consejos que pueden ayudarle a prepararse para este tipo de conversaciones:
- No convierta el asunto en una catástrofe. Cuando los jóvenes se dirigen a sus padres con inquietudes, que necesitan una presencia racional que los calme y genere para ellos un espacio seguro. Cuando los padres gritan o dan sermones y hacen que la situación parezca peor de lo que es, los jóvenes pueden terminar sintiéndose más intranquilos y no regresar. Cuando aborden estas inquietudes, recuerde que los jóvenes necesitan el consejo de sus padres, no de otro amigo.
- Haga preguntas curiosas, no capciosas. Pídale a los jóvenes ideas y colabore con ellos. Ayude al joven a pensar por su cuenta, lo cual a su vez le ayudará a desarrollar confianza en sí mismo.
- Saque de la ecuación las emociones. La emoción es el enemigo a vencer cuando se trata de llegar a los jóvenes. Tal vez a los padres de familia no les guste cómo se comportan los jóvenes –o incluso cómo piensan—, pero hay que hacer a un lado las emociones. Esto no es cosa fácil; es duro, pero es una habilidad que se puede aprender como cualquier otra.
- Mantenga abierta la conversación. Tener constantemente conversaciones abiertas y honestas con los jóvenes puede ayudarles a tomar decisiones sanas. No deje de conversar aún después de enfrentar la primera situación difícil. Revise a menudo cómo se sienten sus hijos. Entre más seguido hable con ellos sobre temas difíciles, más confianza irá adquiriendo en que sus hijos van a hacer lo correcto.
- Pida ayuda. No se espera que los padres de familia tengan todas las respuestas. Ser capaz de decirle a su hijo que no sabe la respuesta, pero que ambos pueden buscarla juntos, puede ser una excelente manera de aprender. Buscar la ayuda de otros padres, educadores y familiares puede ser de gran utilidad. Recientemente me comuniqué con Sara para ver cómo iban las cosas y me indicó que la primera conversación fue difícil para ambos, pero ha dado lugar a más pláticas sobre todo tipo de temas.
Para más consejos sobre cómo iniciar una conversación con sus hijos, visite el portal electrónico www.twoshouldknow.org.
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